Revalorizar tu vivienda
Una de las principales razones para reformar tu vivienda es porque supone ante todo una inversión de futuro: permite revalorizar tu immueble en torno a un 20%. Las reformas que más revalorizan tu hogar son las siguientes:
- Pintar paredes
- Arreglar suelos
- Cambiar la distribución (cuando se trate de distribuciones muy antiguas)
- Renovar cocinas y baños
- Aumentar la capacidad de almacenaje, por ejemplo, con armarios empotrados.
Porque tus circunstancias también cambian
El matrimonio, el momento en que los hijos vuelan del nido, problemas de movilidad física…, todos ellos son motivos distintos que podrían hacer que tuvieras que reformar tu casa para adaptarte a la nueva situación. ¿Por qué tener que hacer una mudanza a otro piso por falta de espacio si quizás es posible levantar una pared y convertir una habitación en dos, o convertir un piso en un espacio diáfano, más tipo loft? Las reformas son poderosas para los grandes cambios de la vida.
Evolución cultural
Antes las casas o pisos tenían muchas habitaciones pequeñas para alojar familias numerosas. Las cocinas eran una habitación independiente y el salón era más pequeño.
En el nuevo milenio, los hogares (habitados por familias más pequeñas o incluso sin hijos) se han convertido en espacios de ocio. En las reformas integrales de viviendas, las cocinas se han abierto a los salones y se han convertido en un espacio social, y en ciertos casos en el centro de la actividad familiar.
Además, el nuevo siglo también trae importantes cambios alrededor del culto al cuerpo: los baños son más grandes y la reforma más demandada es cambiar la bañera por un plato de ducha. ¿Será el trastero en la nube otro cambio para el siglo XXI teniendo en cuenta que el tamaño de los pisos se reduce?
Seguridad y mantenimiento
Si la finca o casa en la que vivimos es antigua, los materiales se van desgastando y hay que ir evaluando con la ayuda de profesionales cuándo es necesario rehabilitar fachadas, paredes o ventanas. Además, conviene evaluar aspectos que pueden estar afectando la habitabilidad del hogar como humedades y demás problemas estructurales.
Por estética
Una combinación de elementos del pasado puede hacer que tu hogar se parezca a un decorado de la serie Cuéntame más que a una casa del siglo XXI.
Hacer una reforma integral de una vivienda nos da la oportunidad de cambiar el aspecto del lugar donde hemos vivido siempre. Ya no están de moda las paredes gotelés, los cabeceros de cama tapizados o las estanterías llenas de figuritas… (¡Por Dios, no!)
Vivimos en una época algo más minimalista, se busca la luz y la claridad, los diseños racionales, nórdicos, maderas naturales o colores claros y pastel... Aunque los colores también sean modas que van cambiando, en general, se apuesta por muebles más ligeros, y no los típicos muebles gigantes que tenían en el salón nuestros abuelos y que no cabrían ni en un mismísimo guarda-muebles o trastero.
Renovarse o morir (¡Y poner orden!)
Como nos explica la organizadora profesional Vanesa Travieso (@ponorden), «renovar nuestra casa o piso nos da la oportunidad de deshacernos de cosas que guardamos desde hace años y que no usamos, y también de poder mover y renovar la energía estancada, además de la ilusión que hace reformar cuando no estás a gusto».
Según esta profesional de la organización formada con la mismísima Marie Kondo, hacer reformas, junto con una mundanza, es la mejor oportunidad para aprender cómo poner orden en casa: descartar, limpiar, donar, tirar, renovar, reciclar, o incluso restaurar. Además, mientras se está haciendo una reforma se deben gestionar las pertenencias y los muebles de forma ordenada y etiquetada.
Por eficiencia energética
Renovar las ventanas permite aprovechar la luz y controlar las fugas de calor en invierno, puesto que hay carpinterías muy antiguas que no cierran bien. Además, si cambiamos los sistemas de iluminación, tenemos la oportunidad de usar productos de bajo consumo, así como electrodomésticos que ya vienen con opciones eco para reducir el consumo de energía, lo que se acaba traduciendo en un ahorro de dinero, también.
La apuesta por un inmueble energéticamente eficiente puede llevarnos a ahorrar hasta 1500 € anuales en recibos, según la Agencia para la Rehabilitación
(Fuente: El País).